Según parece, tendencias como el Bring your Own Device o BYOD (en castellano «trae tu propio dispositivo») siguen ganando popularidad, por lo menos, en países como Estados Unidos, en los que las empresas ya empiezan a pensar en como abaratar costes, a la vez que facilitan, a sus empleados, la «inmersión» en el mundo de la tecnología.
Y es que, la idea es que sean los propios trabajadores los que lleven sus ordenadores portátiles, smartphones y tablets a la oficina, con el fin de seguir utilizándolos en el puesto de trabajo. Por una parte, esto puede resultar bastante cómodo para el empleado, quién no necesitará familiarizarse con una nueva máquina, ni volver a configurarla a su gusto, algo que también ocurrirá con su teléfono.
Las ventajas para la empresa también son importantes, ya que se ahorran costes al no tener que comprar estos dispositivos, aunque lo que más preocupa en estos casos es la propia seguridad de la información. Al utilizar máquinas que puedan no estar debidamente protegidas, se exponen a que información de carácter confidencial se filtre a través de la red, o del propio dispositivo, ya que éste entra y sale de las instalaciones diariamente.
Según una reciente encuesta de Telework Week, en 2016 más de un tercio de las empresas norteamericanas dejarán de facilitar móviles u ordenadores a sus trabajadores, como parte de esta medida. Y es que esta tendencia sigue tomando fuerza, en parte gracias a la proliferación del «teletrabajo», lo que ha dado una nueva perspectiva a los directivos sobre como hacer las cosas.
La conclusión que podemos extraer de todo esto es que el uso intensivo que le estamos dando a internet, tanto en ordenadores como en dispositivos móviles, está propiciando la aparición del ecosistema perfecto para flexibilizar tanto nuestras relaciones personales como las profesionales, lo que, esperamos, nos lleve a sentirnos más cómodos en nuestro entorno laboral.