No importa si es en un medio físico o virtual, la tipografía es una forma de diseño que sirve para expresar gracias a sus formas y letras un número diferente de sensaciones. En el caso de una página web la tipografía también ayudará a transmitir diferentes emociones para todos los usuarios, por ello es muy importante la elección de una tipografía adecuada.
¿Por qué es tan importante la elección de la tipografía?
Es un aspecto que todo diseñador web debe tener muy en cuenta porque es un elemento verdaderamente clave con el que puede potenciar la visibilidad y difusión de un sitio web, tanto si se tienen objetivos comerciales como profesionales
Cuando elegimos una tipografía para la web, ésta debe contar con variantes en diferentes tamaños así como una alineación y justificación correcta además de tener cuidado con el espacio entre letras, palabras y también los párrafos, donde lo más recomendable es el uso de un espaciado de entre 0,3em y 0,5em.
Si no nos fijamos en esto a la hora de crear una web, dejamos espacios y éstos no guardan similitudes estaremos cometiendo un error que dará como resultado un aspecto pobre y de poca organización.
¿Cuántos tipos de tipografía hay que utilizar en una web?
Aunque podríamos decir que todo depende del diseñador y que muchas personas aseguran que hay que utilizar las menos posibles, lo más recomendable es el uso de tres tipografías, una para los títulos, otra para los resaltes y otra para os párrafos. Si la web es dinámica y moderna, también es recomendable el uso de varias tipografías, aunque tampoco se
descarta una única clase, pero con diferentes variantes de tamaño.
La jerarquía importa
Es necesario que la web cuente con una clara jerarquía entre títulos, subtítulos, notas, etc., algo que se consigue gracias al uso de diferentes tipografías así como tamaños, espaciados, márgenes y todos esos detalles que diferencian al título, al contenido principal, un h1, h2, etc.
Optar por lo seguro
Uno de los errores que no se pueden cometer en un diseño web es elegir una fuente que nos guste demasiado como diseñadores, pero que no sea truetype, es decir, que no sea un estándar que podrían tener los usuarios en su ordenador.
En caso de que elijamos una tipografía erróneamente, lo que conseguiremos es que en los ordenadores de los demás usuarios la fuente que hemos elegido sea sustituida por una por defecto, arruinando el diseño y provocando, seguramente, que abandonen la web.
Existen varias familias de fuentes que todo el mundo tendrá instalada en sus ordenadores y con los que, como diseñadores, podremos jugar sobre seguro. Serif, Sans-Serif y Monospace.
Dentro de las Serif nos encontramos con la Bookman Old Style, Garamond, Georgia, MS Serif, Palatino Linotype y Times New Roman. En la Familia Sans-Serif tendremos opciones como Arial, Arial Black, Arial Narrow, Century Gothic, Impact, Lucida Sans Unicode, MS Sans Serif, Symbol, Tahoma, Trebuchet MS y Verdana.
Finalmente tenemos las monospace, que son las fuentes que ocupan el mismo espacio horizontal y cuentan con un ancho fijo. Estas son la Courier, Courier New y la Lucida Console.