El diseño, la usabilidad y la eficacia son factores imprescindibles que determinan el éxito de una página web. Si éstos se combinan bajo el concepto “one web”, traducido al castellano como accesibilidad para todos desde cualquier dispositivo, comenzamos a hablar del popular término responsive web desing, acuñado por Ethan Marcotte.
Desde que en 2011 publicara el libro con el mismo nombre, el diseñador y programador web ha creado tendencia cambiando los parámetros a la hora de plantear proyectos web. El éxito de este nuevo paradigma reside en su valor añadido; lograr una única versión sensible a todas las resoluciones de pantalla con el empleo de HTML y hojas de estilo CSS. Es decir, en este manual se exponen los tres pilares básicos sobre los que se basa el diseño web adaptativo: grids fluidos, imágenes flexibles y uso de media queries.
Esta metodología de uso no destaca por su novedad, sino por su practicidad y eficacia desde el momento en que se combinan adecuadamente. De esta forma, se logra acentuar la flexibilidad de la web, y su necesaria evolución. Al fin y al cabo, el dinamismo y la interactividad es lo que la diferencian del medio escrito.
Actualmente, la gran mayoría de las empresas siguen abogando por la creación de dos sitios web paralelos e independientes para tener soporte tanto en la versión móvil como de escritorio. Una consideración que puede delimitar la perfecta adaptabilidad y navegación para ordenadores, tablets y smartphones, pero que resulta un doble esfuerzo para diseñadores y clientes, ya que se trata de diseñar dos plataformas para un mismo objetivo, duplicando presupuestos y posteriores mantenimientos.
La adaptabilidad del responsive web design conlleva beneficios tales como: mejorar el posicionamiento SEO de la web, una reducción considerable de costes, la creación y modificación de diseños web que automática y eficazmente se adaptarán al entorno del usuario, al nuevo usuario multidispositivo.